lunes, 5 de septiembre de 2016

Orgasmo en el autobús del instituto





Orgasmo en el autobús del instituto


Mis inicios con el sexo fueron con 14 años aproximadamente.
Aunque antes había tenido experiencias sexuales con chicos de mi edad, e incluso con chicas, sexo con un adultos no había tenido nunca.
Yo vivía en un pequeño pueblo del norte de España, y para ir al instituto, nos recogía un autobús y nos llevaba al pueblo más cercano, que estaba a unos 15 km.
Era mediados de octubre, yo había empezado mi primer año de instituto, y mis hormonas estaban disparadas.
Entre las amigas comentábamos lo bueno que estaba el conductor del autobús.
Era un hombre alto y apuesto, pelo castaño y ojos verdes, de unos 45 años, y se notaba que se cuidaba haciendo deporte, porque en su camisa se marcaban claramente sus abdominales, y los músculos de sus brazos, podían  reventar en cualquier momento las mangas de la camisa, que siempre llevaba remangada, supongo que porque sabía que eso nos excitaba.
Yo llevaba varios días notando como me miraba cuando entraba y salía del autobús, e imagino que él se había dado cuenta de como se me caía la baba cada vez que yo le miraba a él.
Un día me preguntó mi nombre, le contesté entre balbuceos y sonrojada, pero fue el inicio de nuevas conversaciones.
A partir de ese día, siempre me preguntaba algo, y poco a poco, cada vez nuestros diálogo eran más largos, tanto, que a veces me pasaba el camino de ida y de vuelta a su lado en el autobús conversando.
El trayecto cada vez se me hacía más corto, porque quería seguir hablando con él.
Las preguntas cada vez eran un poquito más íntimas, con un toque picante, hasta que un día me propuso quedar 1 hora más temprano.
El autobús nos recogía a las 8:30 cada mañana, y salía vacío desde mi pueblo, porque a lo largo del trayecto iba parando para recoger a otros alumnos del instituto.
Me dijo: - Qué tal si mañana te vienes a la parada a las 7:30?, yo puedo sacar el autobús más temprano.
Ni siquiera lo pensé, estaba tan excitada que mi respuesta fue inmediata. 
- Si, no hay problema, a las 7:30 estaré en la parada.
Me fui a casa deseando que pasaran las horas rápidamenete. Aquella noche a penas dormí entre el deseo y los nervios.
Por fín sonó el despertador, lo puse bien temprano, quería ir recién duchada. No sabía que iba a pasar, pero mi cuerpo me pedía guerra y yo iba dispuesta a dejarme hacer por aquel hombre lo que quisiera, porque le deseaba tanto como él a mi.
A las 7:30 llegué a la parada y él ya estaba allí, abrió la puerta del autobús para que subiera, y nos bajamos por una carretera que había  detrás de la estación por la que no pasaba a penas nadie.
Paró el autobús y me invitó a ir a la parte trasera, a los asientos del fondo. 
Me miró lascivamente de arriba a abajo. Con una suave caricia retiró el flequillo de mi cara y empezó a besarme, después bajó con sus labios por mi cuello mientras me iba desabrochando los botones de la camisa. Pronto sentí como sus cálidas manos recorrían mi cuerpo por debajo de mi ropa.
Su boca ya estaba besando mis pechos, mientras su mano se deslizaba por mi entrepierna hasta tocar mi sexo.
Me cogió la mano y me la llevó a su pene, Dios mío!!! nunca había tocado nada igual.
Mi humedad era exagerada, tanto que notaba como caía el flujo entre mis piernas. Me sentó en los asientos y sin darme cuenta, tenía aquel miembro duro y descomunal en mi boca.
Era la primera vez que tenía el pene de un adulto tan cerca, aquello me gustaba, mi excitación era tal, que mis piernas se abrieron como se abre una puerta automática...pidiendo a gritos que entrara dentro de mi.
Enseguida se dio cuenta de la posición de mis piernas, sacó su pene de mi boca  y me tumbó en los asientos. Me desnudó por completo y empezó a masturbarme, mientras me decía: Te gusta mi niña?
Te gusta lo que te hago? Si, si, siii,le contestaba yo.
Nunca había sentido nada igual, yo me había tocado a veces y había sentido algún orgasmo, y también había estado con chicos de mi edad, pero lo que me estaba haciendo aquel hombre....aquello era el paraíso, creía que no se podía  sentir más placer y deseo al mismo tiempo, pero entonces metió la cabeza entre mis muslos y empezó a lamerme todo mi sexo, hasta que se detuvo en mi clítoris, podía sentir su lengua acariciándolo y sus labios sorbiendo mis jugos. Ahora si que estaba en completo éxtasis. Yo sujetaba con fuerza su cabeza entre mis piernas mientras gemía de placer, pidiéndole que siguiera, más, más, máass le gritaba, pero  no podía aguantar  más , me iba a correr en su boca, mis gemidos cada vez eran más intensos, hasta que de repente sentí como me corría entre los labios de aquel conductor de autobús, que hizo que mi cuerpo entero temblara y se estremeciera como nunca había imaginado.
Aquel fue mi primer orgasmo con un hombre mayor, un hombre experimentado...y desde luego no se puede comparar a los que había tenido con los chicos de mi edad o con mis propias masturbaciones. Aquel fue mi primer super orgasmo, en los asientos del autobús, una mañana de octubre de mil novecientos ochenta y tantos, antes de ir al instituto.

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