jueves, 29 de septiembre de 2016

Asignatura Pendiente


Asignatura Pendiente


Desde que yo podía recordar, siempre pasábamos una semana de vacaciones en verano en un apartamento de la playa con unos amigos íntimos de mis padres.

Tenían hijos de las mismas edades que nosotros, y nos conocíamos desde siempre, hasta el punto de que los tratábamos como si fueran tíos y primos nuestros, y ellos a nosotros también.

Los años fueron pasando, y todos fuimos creciendo. Mi hermano y la hija mayor de ellos, se hicieron novios. Yo tuve algún rollito de verano con su hijo mayor también, pero nada serio.

Había mucha confianza entre todos.

El verano que cumplí los 17, me prepararon una fiesta ibicenca. Todos vestidos de blanco, ya podéis imaginar donde terminamos a última hora. Mojados en la piscina, dejando que nuestras ropas blancas se pegaran a nuestros cuerpos y dejando ver algunas transparencias que era inevitable que se marcaran.

Las madres no participaron en el juego de la piscina, y mi padre tampoco, pero su amigo si se quedó a jugar con nosotros, aunque se salió antes del agua y se quitó la ropa mojada quedándose solo con el bóxer blanco, sentado en una hamaca, fumando un cigarrillo y observándonos desde el porche de la entrada.

En varias ocasiones, yo miré porque tenía la impresión de sentirme observada, y no me equivocaba. Cada vez que miraba hacia donde él estaba, su mirada estaba clavada en mi.

Era un hombre de unos 50 años, canoso, había tenido buen cuerpo, aunque los años le habían proporcionado una barriguita de la que se quejaba continuamente, porque por más que se cuidaba, no conseguía rebajarla.

A mi me parecía un hombre muy sexy, a pesar de esa tripita, que para mi era símbolo de madurez, al igual que sus canas.

Era culto y encantador, y nunca había notado nada extraño en su forma de mirarme o de hablarme, pero aquel verano empecé a notar como sus miradas eran más persistentes.

Nuestros ojos se cruzaban en la comida, en la playa, en la piscina, estando cerca o lejos, daba igual, siempre que yo le miraba, él me estaba observando.

Siempre aprovechábamos la última semana de agosto, que solíamos alargar con algún día de septiembre para pasar estos días con ellos.

Aquel curso yo había suspendido una, y me tocaba ir a recuperar la asignatura pendiente en septiembre, y mis padres estaban algo enfadados porque tendríamos que acortar las vacaciones.

A mitad de la semana, salió el comentario de que nos teníamos que ir antes, porque yo tenía que ir a examinarme, y cual fue mi sorpresa cuando de pronto, el amigo de mi padre dijo que él tenía que volver un par de días antes para hacer unas gestiones, y después volvería a recoger a la familia, así que, si no había ningún problema por parte de nadie, dijo que yo podía irme con él, y quedarme en casa hasta la vuelta de mis padres.

A todos les pareció bien. Nadie debía de haber notado nada excepto yo. A lo mejor me lo estaba imaginando porque la que se sentía realmente atraída era yo, así que no le di importancia y dije que me parecía bien irme con él unos días antes para poder examinarme.

Los días fueron pasando, y yo seguía notando sus miradas, pero no pensaba decir nada. Si tenía que pasar algo, ya pasaría, y desde luego, yo no le iba a poner pegas.

Mi maleta ya estaba lista. Esa noche a penas dormí pensando en lo que podría pasar al día siguiente.
Puede que no pasara nada, que me llevara a mi casa y nada más, pero mi mente adolescente no paraba de imaginar situaciones fantásticas de sexo con él, los dos solos, en su casa o en la mía, y así me dormí, mojada y tocándome pensando en sus dedos acariciándome el clítoris hasta correrme.

Nos levantamos temprano. Nos despedimos de la familia y nos montamos en el coche. Solamente eran dos horas de camino, si me dormía un poquito se me pasarían enseguida. Pero no quería dormir, la verdad es que estaba deseando que pasara algo, no sabía muy bien qué, pero deseaba que me tocara, que me dijera alguna cosa que me excitara.
 Y por fin se rompió el silencio.

- No te da miedo quedarte en casa sola estos días hasta que vuelvan tus padres?, me preguntó. 
- No, la verdad es que no, ya me he quedado sola otras veces.
- Si quieres, puedo ir a tu casa esta noche, cuando acabe mi trabajo. Llevaré algo de cena. Tu puedes dedicarte a estudiar y te despreocupas de cocinar, que yo me encargo. Te parece bien?, añadió.
- Por mi encantada, así aprovecharé más la tarde para preparar mi examen.
- Te he estado observando estos días, y la verdad es que te has convertido en una jovencita preciosa. Puedo preguntarte algo personal?
- Si, si no es muy indiscreto te contestaré, hay confianza, no?
- Te has enrollado con mi hijo?
-Pues nos hemos dado algún beso, pero solo eso. Ya sabes que el año pasado estuvimos saliendo y al final no funcionó.
- No te gusta?
-En realidad es que creo que estoy desarrollando un gusto algo diferente, y he notado que me atraen más los hombres mayores que los chicos de mi edad. Crees que eso está mal?
-No, por supuesto que no. Yo creo que en el amor y en el sexo, todo está bien si ambas partes están de acuerdo en lo que hacen. Y dime, te gusta algún hombre mayor?, un profesor tal vez?
- Si, lo cierto es que hay un hombre que me gusta, pero no sé si él siente algo por mi, y me da algo de vergüenza decírselo, porque le conozco desde pequeña.
- No tengas miedo de mostrar tus sentimientos cielo, eres preciosa, y seguro que ese hombre sabrá y estará encantado de satisfacerte.
El viaje se hizo muy corto gracias a la conversación tan abierta que habíamos mantenido. Me sentí muy cómoda hablando con él.
- Te invito a un café y concretamos a qué hora voy esta tarde?
- Si, claro que si!!!
- Yo estaba excitadísima. No podía concentrarme en el examen. Imposible. Mi mente solo pensaba en él. Mi cuerpo deseaba su cuerpo.
- Me dejó en la puerta de mi casa, se bajó del coche para darme mi maleta, y nos despedimos hasta las ocho. Se acercó, y me dio un suave beso en la comisura de mis labios, mientras rozaba con una mano mi cintura y con la otra mi cuello.

Estremecida, entré en el portal. A penas acertaba a dar al botón del ascensor. Saqué las llaves, abrí la puerta y entré en casa. Me apresuré a deshacer la maleta. Quería sacar un vestido que no había llegado a ponerme en las vacaciones, y que era perfecto para esa noche.

Lo de estudiar, tendría que esperar. Yo no podía pensar en el examen. Preparé el vestido, y busqué un tanga muy sexy que tenía para ponérmelo esa noche. No me iba a poner sujetador, quería que mis pezones reflejaran mi deseo a través del vestido.

Por la tarde preparé la mesa, me duché, me maquillé muy suave y esperé impaciente a que fueran las ocho.

Faltaba un minuto cuando sonó el timbre. Abrí impaciente, y le esperé con la puerta entreabierta. No quería que ninguna vecina nos viera.

- Buenas tardes!, me dijo mientras volvía a besarme muy cerca de la boca.
- Te gusta la comida tailandesa?
- Si, yo como de todo, gracias.

La verdad es que la comida me daba igual, lo que estaba deseando era comerme otra cosa, y que él me comiera a mi entera.

Qué bien olía!, hummm, cuando se acercó para darme un beso me dieron ganas de agarrarle del cuello y meterle la lengua hasta la garganta, pero me contuve, y solo sonreí tímidamente, como una niña buena.

Y qué guapo se había puesto!, venía muy juvenil, con una camiseta blanca , un vaquero y una camisa de cuadros que llevaba desabrochada, con las mangas algo remangadas.

- Dime, has estudiado mucho?
- Pues la verdad es que solo he dado un repaso, mañana aun tengo tiempo, el examen es pasado mañana.
- Genial, entonces no tienes que madrugar mañana?
- No, mañana me lo tomaré con calma.
- Te gustaría que me quedara a dormir aquí, contigo?
- Pues si, pero si se enteran mis padres, igual no les hace gracia, y atu mujer posiblemente tampoco, no crees?
- Nadie tiene por qué enterarse, si no decimos nada...Yo dentro de un rato llamo a mi mujer y le digo que estoy cansado y que me voy a acostar, y tú llamas a tus padres y les dices que te vas a dormir porque mañana quieres estar despejada para estudiar. Nadie nos molestará.
- Me parece bien. Cenamos?
- La verdad es que no tengo mucha hambre. He traído vino, te gusta, o no bebes alcohol?
- Una copita no me hará daño.
- Claro que no, un poquito de vino es muy sano cariño.
Me miró fíjamente y continuó diciéndome:
- Mira, no tienes por qué creerme, pero nunca he hecho esto antes. Quiero a mi mujer y siempre le he sido fiel, pero hace unos meses, desde la cena de Navidad, cada vez que te veo, siento algo que nunca había sentido. Jamás se me había pasado por la mente mantener relacones sexuales con alguien tan joven, y menos contigo, que eres casi como una hija para mi, pero estos últimos días, cada vez que te veía aparecer por la puerta de la cocina, recién levantada, en braguitas y con esas camisetas ajustadas...o con esos pantaloncitos cortos, o al salir de la piscina toda mojada con tus pezones marcados en el bikini....tenía que disimular, porque mi pene empezaba a hincharse de forma casi automática con tu sola presencia, y cuando tus padres dijeron que tenías que volver antes para recuperar la asignatura que te había quedado, pensé que tal vez yo también tenía una asignatura pendiente. Mi asignatura podía pasar de ser una mera fantasía a hacerse realidad, y por eso preparé este viaje relámpago, porque yo también  necesitaba examinarme. Así que aquí estamos, no voy a hacer nada que tu no quieras hacer, pero si tu también me deseas...Aquí estoy mi niña.

 Se levantó con la copa en la mano y se fue hasta el sofá, invitándome con la mirada a sentarme junto a él.
Yo me levanté y me acerqué despacio hasta donde él estaba. Me quedé de pie delante de él.
Su cabeza estaba a la altura de mi cintura, algo más abajo quizás.
Dejó la copa en la mesita, y empezó a subir sus manos por mis piernas con una suave caricia.
Estaba empapada, creo que él podía oler mi humedad. Cuando sus manos llegaron a mis nalgas, me acercó con fuerza hasta su cara. Empezó a olerme, mientras restregaba su cara contra mi cuerpo.
Se puso de pie, y me quitó el vestido. Me miró como quien admira una obra de arte y exclamó: -Dios, cómo te deseo!!

En ese momento empezamos a besarnos desenfrenadamente, como si nunca hubiésemos besado antes.
Fue besando todo mi cuerpo. Besó cada poro de mi piel.
Yo empecé a quitarle la ropa. Primero la camisa, después desabroché su pantalón, y a continuación el bóxer.
Su polla estaba dura como una roca, la agarré con fuerza con una mano, y me agaché despacio hasta ponerme de rodillas delante de su gran falo. Lo metí en mi boca y noté como ponía su mano en mi cabeza para dirigir mis movimientos. Seguí lamiendo su pene durante un rato y sus testículos. De vez en cuando miraba hacia arriba para ver su cara de placer.
Me sujetó la cabeza y me indicó que me levantara.

-Ponte mi camisa, no quiero que cojas frío.
- Vamos a la habitación de mis padres, quiero hacerlo allí contigo.
- No te quites la camisa, estás muy sexy , y quiero follarte con ella puesta.

En la habitación, me puso mirando a la pared, me cogió por detrás agarrándome las tetas. Podía sentir su miembro duro contra mi culo.
- Te gusta que te follen por detrás?, porque me muero de ganas de hacerlo.
- Me encanta, es una de mis posturas favoritas.

Yo estaba empapada, así que me penetró con mucha facilidad. Sus embestidas eran bestiales. Podía sentirle dentro, muy dentro.

-Te gusta princesa?
- Siii, sigue por favor, no pares!!

Seguimos así un rato, y de ahí pasamos a la cama de mis padres. Qué morbo me daba hacerlo allí, y encima con el mejor amigo de mi padre.

- Ponte a cuatro patas gatita,

Yo lo hice de inmediato. Empezó a lamer mi ano, nunca antes me lo habían hecho. Qué maravilla!!, cómo me excitaba aquello!!
De nuevo empezó a follarme en esa postura. Yo estaba a punto de correrme, después de aquel increíble beso negro, y esa magnífica follada, ya no podía resistir más, y me corrí, y él conmigo.

Nos quedamos un rato tumbados en la cama, abrazados, sin decir nada.

En cuanto repusimos fuerzas empezamos a besarnos otra vez. Yo empecé a lamer su torso desnudo. Aquellas canas en el pecho me volvían loca. Seguí bajando, lamí todo su cuerpo y volví a subir.

Me di la vuelta colocando mi coño en su cara, y dejando su pene a la altura de mi boca.
Comenzamos un increíble 69 que duró cerca de veinte minutos. Qué gusto sentir su lengua acariciando todo mi sexo, mi clítoris...los dos estábamos desatados, nuestros movimientos corporales cada vez eran más rítmicos, más intensos, no podíamos parar,..yo quería gemir de tanto placer, pero su polla dentro de mi boca me impedía articular sonidos, hasta que de pronto, empecé a notar como se corría en mi boca, nunca antes me había tragado el semen de nadie, pero era tanto el placer que sentía, que le chupé hasta la última gota, mientras yo me corría en su boca al unísono.

Era muy tarde, y estábamos exhaustos, nos colocamos bien en la cama y nos quedamos dormidos uno en brazos del otro.





Por la mañana, él se despertó primero, me trajo un café a la cama y otro para él.
Nos lo tomamos y después nos dimos una ducha juntos. Nos enjabonamos el uno al otro y nos besamos bajo el chorro de la ducha como dos adolescentes.

- Qué pasará ahora?, le pregunté.
- Tengo que seguir viéndote, eres adictiva, no creo que pueda de dejar de pensar en ti y en esta noche maravillosa. Tenemos que seguir viéndonos.
- Será complicado, cuando mis padres vuelvan, y tu mujer, tus hijos....Cómo lo haremos?
-Algo se me ocurrirá, no te preocupes cielo. Ahora tengo que irme y tú debes estudiar para el examen de mañana.
- Cuándo vuelves a la playa?
 - Me marcho hoy después de comer, aun nos quedan un par de días allí.
- Quédate y te vas mañana.
- No puedo, le dije a mi mujer que volvería hoy sin falta.
- Esta bien, ya nos veremos entonces.
- Si, ya nos veremos.
Me besó dulcemente en los labios, y algo me decía que ese beso era de despedida.
A los dos días volvió mi familia, yo ya había hecho mi examen, y estaba algo triste.
Mi madre entró en mi habitación, se quedó mirando al perchero y me preguntó:
 -De quién es esa camisa de cuadros?
Casi me da algo!, piensa algo!, rápido!, pensé para mis adentros.
- Me la dejó el otro día en el coche el amigo de papá, era muy temprano y hacía frío.
- Vaya!, pues hay que devolvérsela pronto, porque se marchan a vivir bastante lejos, ya no podremos vernos tan a menudo, pero supongo que ya te lo contó por el camino, no?
- No, la verdad es que a penas hablamos, yo vine dormida casi todo el viaje, me dejó en la puerta, se marchó, y no volví a verle.
-Claro!, es un hombre muy ocupado, y muy responsable, cualquier otro habría aprovechado para echar una canita al aire aprovechando que estaba solo, pero él es un hombre muy leal, un hombre de la cabeza a los pies, como tu padre. La verdad es que hemos tenido suerte con nuestros maridos, porque hay cada uno por ahí...dijo mi madre sonriéndose orgullosa.
-Si, la verdad es que es un hombre muy honesto, de los que ya no quedan, dije yo esbozando una sarcástica sonrisa.






Presentación

Presentación

Os preguntaréis por qué hago una presentación de mi blog después de casi un mes abierto.
Pues en primer lugar para agradecer a todos los que me leen, que me dediquen un poquito de su tiempo. 

Cuando me animé a escribir este blog, no sabía cual sería el resultado,  pero si hay algo que motiva a a una persona a escribir,  a parte de su propio entusiasmo y satisfacción,  es saber que detrás hay alguien que lee lo que escribe.

" Mis relatos " son la fusión de algunas experiencias propias, mezcladas con las fantasías que todos tenemos y aderezadas con una pizca de erotismo picante.

Desgraciadamente todo lo relacionado con el sexo parece ser un tema tabú. 

No solo quiero escribir relatos eróticos, también iré incorporando nuevos temas. Temas relacionados con la sociedad, los pensamientos, los sentimientos...tenemos tantas cosas de las que hablar, y nos cuesta tanto expresarlas, que yo espero poder compartirlas con tod@s los que me leáis a través de este blog.

A la sociedad le escandaliza ver un cuerpo desnudo,  pero nadie se asusta por ver las imágenes de guerras y muertos cada día en las noticias. 

Lamentablemente el mundo está así,  por eso yo os agradezco, que aunque sea en la intimidad de vuestro cuarto,  escondidos detrás de vuestro ordenador o teléfono, en casa o en el trabajo, que leáis mis relatos,  Y ojalá consiga llevaros por unos instantes en vuestra imaginación a esa habitación de hotel, al autobús,  al baño del Instituto y a muchos sitios más que descubriréis si me seguís leyendo.

Deciros que me encantaría que dejáseis vuestros comentarios aunque sean anónimos, y también,  que si habéis disfrutado con  el relato lo compartáis para que otros también lo disfruten,  porque a fin de cuentas,  eso es lo que se pretende a través de una lectura,  sea del  tipo que sea, que el lector disfrute y si es capaz de transportarse aunque solo sea unos minutos al lugar donde se desarrolla la acción,  para el que escribe, la misión está cumplida.

Gracias por leerme.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Lencería y Tacones. Reflexión






Lencería y Tacones, Reflexión.




Siempre he oído hablar de lo sexy que le resulta a un hombre una mujer con lencería y tacones.

Después de leer varios artículos y contrastar diferentes fuentes y opiniones, he llegado a la conclusión de que hay hombres para todos los gustos en este aspecto.

La mayoría no niegan que les resulte atractiva una mujer con tacones, o con lencería sexy, o con las dos cosas, porque no necesariamente tienen que ir juntas, pero casi todos coinciden en que estos complementos sirven para excitar en los preliminares, porque lo realmente agradable es deleitarse acariciando y disfrutando del cuerpo de una mujer desnuda.

Pero todo tiene su por qué de estas creencias tan extendidas, y es que es cierto que a un hombre le excita y le atrae más una mujer con unos tacones, que con un zapato plano.

El tacón estiliza las piernas, levanta los glúteos y hace que la mujer luzca más esbelta y sensual al caminar con un suave contoneo de caderas que es obligado para poder andar con tacones.

Si a los tacones le añadimos unas medias negras y nos sentamos con un cruce de piernas un poco ladeado luciendo piernas, estaremos en una posición que nos hará parecer más sexys y deseables para los hombres.

En cuanto a la lencería, es cierto que les resulta atractiva y excitante también,  tal vez porque es insinuante, porque enseña sin dejar verlo todo y eso provoca morbo y deseo. Deseo por arrancarle la ropita sexy a la pareja, porque en realidad lo que desea es su cuerpo.

En el ranking de colores, medalla de oro para el color negro, seguido del rojo y en tercer lugar el blanco.

Como digo, hay hombres para todos los gustos y gustos para todos los hombres.


Nada es exacto, ni todos coinciden en lo mismo, es sólo una apreciación que quería compartir con todos los que amablemente leéis mis relatos. Gracias a tod@s por leerme.




Lencería, Tacones y Sexo



Lencería, Tacones y Sexo

Noto como me observas desde la otra punta del bar.
Yo miro hacia otro lado, tratando de disimular.
Te acercas dando una vuelta, con mucho disimulo.
No te hagas el tonto, te he visto mirar mi culo.
Me susurras despacio, al oído, a qué te puedo invitar?
A champagne y fresas, pero no aquí, en otro lugar.
Dime mi niña, un cinco estrellas será suficiente?
Creo que si, allí podré satisfacerte.
Coge tu bolso, nos vamos en mi coche.
Ve tú delante, me da miedo la noche.
No temas nada, mi diosa,
esta noche verás las estrellas más hermosas.
Eres guapo y fornido,
me muero de ganas por estar contigo.
Llegamos al hotel, yo voy delante, detrás él.
Entramos en la habitación,
Te gusta? Me preguntas.
Si, es grande y lujosa.
Para ti lo mejor, mi niña preciosa.
Desnúdate, quiero ver tu lencería,
seguro que queda elegante en tu piel blanca y fina.
Dejo caer mi vestido lentamente, 
y me muestro ante ti deseosa y ardiente.
Mi body deja asomar mis pezones pequeños y puntiagudos.
No puedes resistirte, te acercas y los muerdes, hasta que lo sientes en tu boca, bien duros.
No te quites los tacones, quiero follarte con ellos puestos, no te imaginas cómo me pone.
Me tumbo en la cama, mis piernas se abren,
Dios!!!,  Cómo deseo probar tu carne.
Miro con deseo tu pene erecto,
mientras tú te relames al ver mi coño abierto.
Metes la cabeza entre mis piernas, y empiezas a sorber mis jugos,
me encanta como me chupas, esto acaba en orgasmo, seguro!!!
Me corro en tu boca, estoy chorreando y tú lo notas.
Me doy la vuelta y me pongo a cuatro patas,
quiero que me folles como a una perra, como a una gata.
Noto como penetra tu polla hasta el fondo,
tus embestidas hacen que llegue a lo más hondo.
Gimo como loca de placer,
quiero seguir follando hasta el amanecer.
Tranquila pequeña, descansamos un poco y te sigo dando leña.
Si, quiero sentir tu tronco, penetrando en mis entrañas.
No te preocupes cariño,  mi polla enseguida volverá a estar larga.
Las horas fueron pasando, y nosotros seguimos follando.
Probamos mil posturas y tu polla siempre respondió bien dura.
Ahora quiero hacerte alguna foto,
la lencería y los tacones me vuelven loco.
Posaré para ti con mucho agrado, 
He pasado una noche de primer grado.
Después a la ducha, quiero una lluvia dorada.
Claro mi amor, lo haré encantada.
Túmbate en la bañera, con tu miembro erecto,
quiero que mi pis riegue bien todo tu cuerpo.
Me encantas, me vuelves loco, 
quiero volver a verte muy pronto.
Yo también he disfrutado, pero esto pronto será el pasado.
No voy a volver a verte?
Lo siento, estoy casada, esto solo ha sido una escapada.
A veces la rutina nos apresa, y debemos romperla, porque a veces pesa.
Pero tú no has estado a gusto conmigo?
Si, pero yo amo a mi marido.
Me llamarás si quieres volver a salir de la rutina?
Claro!,  volveremos a encontrarnos en el bar de la esquina.
Ahí es donde vas cuando te sientes sola?
Si, pero nunca había conocido a nadie como tú, hasta ahora.
Entonces, repetirás alguna vez conmigo?
Tú espérame en el bar cada domingo.
Te pondrás tacones y lencería fina?
Si eso te pone, a mí me hace sentir femenina.
Te espero el domingo, ponte tacón y tanga,
quiero sentir tu humedad frotándose en mi espalda.
Te daré un masaje cuando estés tumbado,
y restregaré mis fluidos por tu cuerpo de lado a lado.
Ya estoy deseando que llegue el domingo,
me voy a casa empapada y espero soñar contigo.
Yo me masturbaré esta semana mirando tus fotos,
deseando que llegue el domingo para volver a follar como locos.


martes, 13 de septiembre de 2016

Con mi profesor en los lavabos

Con mi profesor en los lavabos


Era el segundo año de instituto y coincidí ambos con el mismo profesor de matemáticas.
En el primer curso, ya me trataba bien, yo no era muy buena en esta asignatura, y él siempre se mostraba muy dispuesto a ayudarme. En varias ocasiones fui a su despacho, y aunque me puso la mano en la rodilla y me cogió por la cintura en alguna ocasión, siempre fue muy discreto.
Tal vez, como yo no le decía nada, seguía haciéndolo

Pero este segundo año, fue más directo. Yo había cambiado un poquito en verano, tenía 15 años y mi figura se había modelado un poquito más, lo cual le debía parecer atractivo, porque enseguida noté que se me insinuaba.

Lo cierto es que a mi me gustaba, y mucho. Las canas le sentaban mucho mejor este año que el pasado. También él había cambiado, o mi forma de verlo, porque desde luego me resultaba muy atractivo.
A eso le sumamos el acento del norte que tenía, que me volvía loca, y se me mojaban las bragas cada vez que hablaba con él.

Yo había empezado el curso con las hormonas disparadas, y decidí atacar desde el principio, porque tenía tantas ganas de hacérmelo con él, que no podía concentrarme en otra cosa.

Me acerqué a él nada más entrar a clase y le susurré al oído - Se me había ocurrido que podríamos hacerlo en los baños, es una de mis fantasías… , te parece bien después de esta clase?

-No hay problema, dijo él con una sonrisa pícara mientras miraba mi escote. -Te espero allí.

Salí enseguida y me dirigí al pasillo de los baños, Por suerte para nosotros todos estaban en clases, así que todo estaba tranquilo , entré y allí estaba él, cerró la puerta y me tomó entre sus brazos dándome un beso que me hizo arder de inmediato. Sus manos se deslizaron por mi cintura desabrochando el botón de mi pantalón hasta llegar a mi sexo, que ya estaba muy húmedo.

Yo desabotoné su camisa, acariciando su pecho. -Mmm estás lista, me encanta, dijo mientras sus dedos seguían hundiéndose entre mi tanga mojado. Siguió besándome y llegamos a los lavados, me dio la vuelta y podía mirarlo detrás de mí por los espejos. Bajó mi vaquero y desabrochó el suyo. Su pene se podía ver bajo su bóxer, estaba erecto y comenzó a restregarlo en mi culo.
–Te gusta nena? Ya lo vas a tener dentro. Bajó mi tanga hasta las rodillas y me dio un par de azotes que me hicieron chillar, sacó su pene y colocó el preservativo. –Te voy a follar el coño desde atrás guapa. Me penetró de un tirón y yo me quejé, pero me gustaba, sus embestidas eran rápidas y me susurraba palabras sucias al oído que me ponen a mil. Sus testículos chocaban con mi piel y terminó siendo el detonante para estallar juntos en un orgasmo silenciado por su mano  y  mi hombro…

Cuando recuperé la fuerza de mis piernas , me subió al lavado, separó mis piernas y se metió entre ellas regalándome un fantástico oral, mi cuerpo se tensó y el se paró, su pene estaba duro otra vez y se colocó otro preservativo. Sentada en el lavabo me penetró de nuevo. Yo me agarré a su cuello, gimiendo en su oído y el me alzó pegándome a la puerta, sus embestidas eran veloces y yo no hacía más que gemir y pedirle más y más. Sus embestidas aumentaban aún más la velocidad, ambos estábamos extasiados y explotamos en un delicioso orgasmo.

Casi sin fuerzas nos repusimos pegados a la puerta, besó mi hombro y luego sostuvo mi cara entre sus manos, me miró a los ojos con una mirada tierna y me dijo –Eres fascinante nena, gracias. Y me dio un dulce beso en los labios.

Ya con más fuerzas, me colocó en el suelo, nos vestimos, nos arreglamos un poco… Sonrió de nuevo con esa mueca entre pícara y lasciva y me dijo :
–Tus deliciosos senos serán para otra oportunidad. Yo sonreí, el me besó y salí del baño.




jueves, 8 de septiembre de 2016

El Jefe de mi padre








El jefe de mi padre

Era un día de primavera, lluvioso, y la parada del autobús que me llevaba de vuelta a casa estaba más cerca del trabajo de mi padre que de mi casa, así que decidí ir a la fábrica donde trabajaba y esperar allí hasta que terminase para irme a casa en el coche con él, además me iba haciendo pis, y no podía aguantar más.

Enseguida llegué y pasé hasta su despacho como lo había hecho otras veces. Me disponía a ir al aseo cuando entró por la puerta el jefe, ya habíamos coincidido en alguna ocasión, pero siempre con mi padre delante. Era un hombre de unos 50 años, canoso, figura atlética, con muy buena presencia. La verdad es que yo siempre me he sentido atraída por los hombres mayores, y aquel hombre estaba muy bien físicamente.

 - Hola!, estás esperando a tu padre?, -si, contesté yo tímidamente.
Tenía unas ganas locas de ir al baño, pero me daba un poco de vergüenza decírselo. Él me invitó a sentarme y a esperar, al parecer, mi padre iba a tardar un rato porque estaba reunido. Se quedó por allí haciendo como que estaba revisando papeles, pero yo empecé a notar como su mirada se clavaba cada vez más en mí. Había un silencio algo incómodo que de repente él se decidió a romper con unas cuantas preguntas.

- Cuántos años tienes ya?, hace tiempo que no te veía, pero te has convertido en una jovencita muy atractiva. Seguro que tienes muchos admiradores. Yo sonreí tímidamente de nuevo por educación, porque no sabía qué contestar a esa última pregunta, pero me pareció que quería ir más lejos de lo que aquellas inocentes preguntas parecían, lo cual empezó a excitarme sobremanera, así que decidí seguirle un poco el juego.

- Me estoy haciendo pis, pero no me acuerdo muy bien por donde se va al aseo.
- No te preocupes, yo te acompaño preciosa.

De camino al baño me puso la mano sobre el hombro, se inclinó hacia mi y me dijo - Sabes que me encantaría ver como haces pis?. Yo estaba cada vez más caliente, y poco a poco me iba desinhibiendo, así que le dije que podía dejar la puerta abierta y mirar si quería, que a mi no me importaba .

Inmediatamente mis ojos se fueron a su entrepierna. Había aumentado de volumen de manera súbita.
Me levanté el vestido, bajé mis braguitas lentamente para darle un poco de morbo a la situación y me senté en la taza con las bragas a media pierna y las piernas bien abiertas para que él pudiera ver bien todo mi coño, que no solo estaba mojado por el pis, mi flujo había aumentado abundantemente en el último cuarto de hora.

- Te gusta?, le pregunté yo con un tono pícaro, a lo que él me contestó, - Me encanta , y no solo eso, me muero de ganas por follarte aquí mismo y ahora.
- Me levanté y dejé caer las bragas al suelo, invitándole a entrar no solo al baño, si no también dentro de mi.

Pasó, cerró la puerta y se bajó los pantalones y los calzoncillos. Estaba con todo su miembro al aire. Me encantaba!, tenía unas proporciones perfectas y estaba completamente dura.
Me quitó el vestido y me dejó totalmente desnuda. Se sentó en la taza y cogiéndome por la cintura, me sentó encima de su polla, uummm, entró sin problemas, yo estaba completamente lubricada por mis propios jugos. Me manejaba como a una muñeca, yo a penas pesaba 50 kg, así que el me levantaba, me subía y me bajaba una y otra vez mientras su polla entraba y salía a una velocidad que iba en aumento. Yo estaba completamente extasiada y me dejaba hacer....Dios!!!, cómo me gustaba, no quería parar, mi rostro debía estar desencajado de placer, y él me preguntaba una y otra vez – Te gusta?, - Quieres más ?, yo solo podía decir si, si ,siii, por favor no pares!!
Seguimos durante unos minutos , hasta que ya no pudimos más y ambos nos corrimos entre gemidos de placer.

Estábamos sudando, y ahora había que salir de allí con disimulo. Si nos encontrábamos con mi padre por los pasillos, la situación podía ser muy incómoda, porque ambos íbamos acalorados, así que se lavó la cara y salió él primero, y unos minutos más tarde salí yo. 
 
Cuando llegué al despacho, allí solo estaba mi padre, que me dijo: - Ya me iba para casa, pero me ha dicho mi jefe que te había visto y que me estabas buscando, iba algo apurado, y se ha marchado , parece que tenía prisa, me ha dicho que te salude de su parte y que vengas cuando quieras por aquí, que a lo mejor en verano cuando cojas las vacaciones te puede dar un empleo en su oficina, qué te parece?, la verdad es que es un gran tipo.
 - Si papá, tu jefe es un gran hombre!



lunes, 5 de septiembre de 2016

Orgasmo en el autobús del instituto





Orgasmo en el autobús del instituto


Mis inicios con el sexo fueron con 14 años aproximadamente.
Aunque antes había tenido experiencias sexuales con chicos de mi edad, e incluso con chicas, sexo con un adultos no había tenido nunca.
Yo vivía en un pequeño pueblo del norte de España, y para ir al instituto, nos recogía un autobús y nos llevaba al pueblo más cercano, que estaba a unos 15 km.
Era mediados de octubre, yo había empezado mi primer año de instituto, y mis hormonas estaban disparadas.
Entre las amigas comentábamos lo bueno que estaba el conductor del autobús.
Era un hombre alto y apuesto, pelo castaño y ojos verdes, de unos 45 años, y se notaba que se cuidaba haciendo deporte, porque en su camisa se marcaban claramente sus abdominales, y los músculos de sus brazos, podían  reventar en cualquier momento las mangas de la camisa, que siempre llevaba remangada, supongo que porque sabía que eso nos excitaba.
Yo llevaba varios días notando como me miraba cuando entraba y salía del autobús, e imagino que él se había dado cuenta de como se me caía la baba cada vez que yo le miraba a él.
Un día me preguntó mi nombre, le contesté entre balbuceos y sonrojada, pero fue el inicio de nuevas conversaciones.
A partir de ese día, siempre me preguntaba algo, y poco a poco, cada vez nuestros diálogo eran más largos, tanto, que a veces me pasaba el camino de ida y de vuelta a su lado en el autobús conversando.
El trayecto cada vez se me hacía más corto, porque quería seguir hablando con él.
Las preguntas cada vez eran un poquito más íntimas, con un toque picante, hasta que un día me propuso quedar 1 hora más temprano.
El autobús nos recogía a las 8:30 cada mañana, y salía vacío desde mi pueblo, porque a lo largo del trayecto iba parando para recoger a otros alumnos del instituto.
Me dijo: - Qué tal si mañana te vienes a la parada a las 7:30?, yo puedo sacar el autobús más temprano.
Ni siquiera lo pensé, estaba tan excitada que mi respuesta fue inmediata. 
- Si, no hay problema, a las 7:30 estaré en la parada.
Me fui a casa deseando que pasaran las horas rápidamenete. Aquella noche a penas dormí entre el deseo y los nervios.
Por fín sonó el despertador, lo puse bien temprano, quería ir recién duchada. No sabía que iba a pasar, pero mi cuerpo me pedía guerra y yo iba dispuesta a dejarme hacer por aquel hombre lo que quisiera, porque le deseaba tanto como él a mi.
A las 7:30 llegué a la parada y él ya estaba allí, abrió la puerta del autobús para que subiera, y nos bajamos por una carretera que había  detrás de la estación por la que no pasaba a penas nadie.
Paró el autobús y me invitó a ir a la parte trasera, a los asientos del fondo. 
Me miró lascivamente de arriba a abajo. Con una suave caricia retiró el flequillo de mi cara y empezó a besarme, después bajó con sus labios por mi cuello mientras me iba desabrochando los botones de la camisa. Pronto sentí como sus cálidas manos recorrían mi cuerpo por debajo de mi ropa.
Su boca ya estaba besando mis pechos, mientras su mano se deslizaba por mi entrepierna hasta tocar mi sexo.
Me cogió la mano y me la llevó a su pene, Dios mío!!! nunca había tocado nada igual.
Mi humedad era exagerada, tanto que notaba como caía el flujo entre mis piernas. Me sentó en los asientos y sin darme cuenta, tenía aquel miembro duro y descomunal en mi boca.
Era la primera vez que tenía el pene de un adulto tan cerca, aquello me gustaba, mi excitación era tal, que mis piernas se abrieron como se abre una puerta automática...pidiendo a gritos que entrara dentro de mi.
Enseguida se dio cuenta de la posición de mis piernas, sacó su pene de mi boca  y me tumbó en los asientos. Me desnudó por completo y empezó a masturbarme, mientras me decía: Te gusta mi niña?
Te gusta lo que te hago? Si, si, siii,le contestaba yo.
Nunca había sentido nada igual, yo me había tocado a veces y había sentido algún orgasmo, y también había estado con chicos de mi edad, pero lo que me estaba haciendo aquel hombre....aquello era el paraíso, creía que no se podía  sentir más placer y deseo al mismo tiempo, pero entonces metió la cabeza entre mis muslos y empezó a lamerme todo mi sexo, hasta que se detuvo en mi clítoris, podía sentir su lengua acariciándolo y sus labios sorbiendo mis jugos. Ahora si que estaba en completo éxtasis. Yo sujetaba con fuerza su cabeza entre mis piernas mientras gemía de placer, pidiéndole que siguiera, más, más, máass le gritaba, pero  no podía aguantar  más , me iba a correr en su boca, mis gemidos cada vez eran más intensos, hasta que de repente sentí como me corría entre los labios de aquel conductor de autobús, que hizo que mi cuerpo entero temblara y se estremeciera como nunca había imaginado.
Aquel fue mi primer orgasmo con un hombre mayor, un hombre experimentado...y desde luego no se puede comparar a los que había tenido con los chicos de mi edad o con mis propias masturbaciones. Aquel fue mi primer super orgasmo, en los asientos del autobús, una mañana de octubre de mil novecientos ochenta y tantos, antes de ir al instituto.

Una cita de chat



 Una cita de chat


Después de chatear un rato en una página de contactos, quedamos en un hotel. Le dije que me esperara en la habitación, que yo llegaría 5 minutos después que él, con un vestidito corto, y sin braguitas.
Así lo hizo, y después llegué yo, me acerqué y le besé timidamente en la comisura de los labios. Era un hombre realmente atractivo, nada más verle mis instintos más salvajes se desataron y se los mostré. Le agarré por detras del cuello y de un salto me subí abrazando su cuerpo con mis piernas. Me sujetó por el culo, con fuerza y me llevó hasta la cama, empezó a acariciarme hasta que su mano se detuvo en mi entrepierna. Yo estaba húmeda, muy húmeda y él lo notó enseguida, lo que le puso más cachondo de lo que ya estaba. Me quitó el vestido, que era lo único que llevaba puesto y me dejó completamente desnuda, empezó a acariciarme todo el cuerpo, me miraba como si fuese una diosa, lo que a mi me excitaba aún más. Después de besarme y acariciarme todo el cuerpo desde la punta de los pies hasta mi nuca, me invitó a levantarme cuidadosamente, tendiéndome su mano como un caballero. Cuando me puse de pie, me cojió con fuerza, yo soy bastante manejable, pues peso poco, aproximadamente  50 kilos, y él estaba fuerte, se notaba que iba al gimnasio, mi sexo estaba a la altura de su ombligo, me puso contra el respaldo de un sofá que había en la habitación y allí me penetró con todas sus fuerzas. Pude notar su miembro completamente duro hasta lo más profundo.
Mi placer era infinito.
No quería que acabase, y entre gemidos le pedía más y más, y él me complació gustosamente durante un buen rato.
Estábamos desenfrenados. Me llevó de nuevo a la cama y allí nos mirábamos lascivamente. Empezó a lamer todo mi cuerpo, hasta que se detuvo en mi vagina. Hummm, como me gustaba sentir su lengua acariciando mi clítoris inflamado de tanta excitación, estoy a punto de correrme, pero quiero sentir un orgasmo que no se acabe, me recreo, contraigo mis labios y mis músculos para prolongar el placer que siento.
Estoy muy excitada, no puedo parar de gemir, me encanta gemir, me vuelves loca, sigue, sigue, sigue, te grito mientras sujeto con fuerza tu cabeza entre mis piernas. No quiero que pares, pero no podré resistirme mucho más....Y por fin llega ese ansiado y maravilloso orgasmo que me deja flotando en una nube.
Mi cuerpo entero se estremece y tiembla de placer.
Ha sido maravilloso, estoy deseando volverlo a hacer...pero en unos minutos te irás y probablemente no volvamos a vernos, porque tan solo ha sido una relación esporádica de chat.